Hoy en día el
software tiene un doble papel. Es un producto y, al mismo tiempo, el vehículo
para entregarlo. Como producto, hace entrega de la potencia informática que
incorpora el hardware informático o, más ampliamente, una red de computadoras
que es accesible por hardware local. Si reside dentro de un teléfono celular u opera
dentro de una computadora central, el software es un transformador de
información, produciendo, gestionando, adquiriendo, modificando, mostrando o transmitiendo
información que puede ser tan simple como un solo bit, o tan complejo como una
presentación en multimedia. Como vehículo utilizado para hacer entrega del
producto, el software actúa como la base de control de la computadora (sistemas
operativos), la comunicación de información (redes) y la creación y control de
otros programas (herramientas de software y entornos).
El papel del software
informático ha sufrido un cambio significativo durante un periodo de tiempo
superior a 50 años. Enormes mejoras en rendimiento del hardware, profundos
cambios de arquitecturas informáticas, grandes aumentos de memoria y capacidad
de almacenamiento y una gran variedad de opciones de entrada y salida han
conducido a sistemas más sofisticados y más complejos basados en computadora.
La sofisticación y la complejidad pueden producir resultados deslumbrantes
cuando un sistema tiene éxito, pero también pueden suponer grandes problemas
para aquellos que deben construir sistemas complejos.
Libros populares publicados
durante los años 70 y 80 proporcionan
una visión histórica útil dentro de la percepción cambiante de las computadoras
y del software, y de su impacto en nuestra cultura. Osborne
hablaba de una «nueva revolución industrial». Toffler llamó a la llegada de
componentes microelectrónicos la «tercera ola del cambio» en la historia de la humanidad,
y Naisbitt predijo la transformación de la sociedad
industrial a una «sociedad de información ». Feigenbaum y McCorduck sugirieron
que la información y el
conocimiento (controlados por computadora) serían el foco de poder del siglo
veintiuno, y Stoll argumentó que la «comunidad electrónica » creada mediante
redes y software es la clave
para el intercambio de conocimiento alrededor del mundo.
Al comienzo de los
años 90, Toffler describió un «cambio de poder» en el que las viejas
estructuras de poder (gubernamentales, educativas, industriales, económicas y militares) se desintegrarían a
medida que las computadoras y el software nos llevaran a la democratización del
conocimiento». A Yourdon le preocupaba que las compañías en Estados Unidos
pudieran perder su competitividad
en empresas relativas al software y predijo «el declive y la caída del
programador americano». Hammer y Champy
argumentaron que las tecnologías de información iban a desempeñar el papel
principal en la ingeniería de la compañía». A mediados de los años 90, la
persistencia de las computadoras y del software generó una erupción de libros
por «neo-Luddites» (por ejemplo: Resisting the Virtual Life, editado por James Brook y Ian Boal, y The
Future Does not Compute de Stephen Talbot). Estos autores critican enormemente
la computadora, haciendo énfasis en preocupaciones legítimas pero ignorando los
profundos beneficios que se han llevado a cabo. Al final de los años
90, Yourdon volvió a evaluar las perspectivas del software profesional y sugirió la «resurrección y elevación»
del programador americano.
A medida que internet
creció en importancia, su cambio
de pensamiento demostró ser correcto. Al final del siglo veinte, el
enfoque cambió una vez más. Aquí tuvo lugar el impacto de la «bomba de
relojería». Aunque muchos vieron las predicciones de los críticos del
Y2K como reacciones, sus populares lecturas devolvieron la difusión
del software a sus vidas.
Hoy en día, «la
computación omnipresente» ha producido una generación de aplicaciones
de información que tienen conexión en banda ancha a la Web para proporcionar
«una capa de conexión sobre nuestras casas, oficinas, y autopistas». El
papel del software continúa su expansión.
El programador
solitario de antaño ha sido reemplazado por un equipo de especialistas del
software, cada uno centrado en una parte de la tecnología requerida para
entregar una aplicación concreta.
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