9 de octubre de 2012

La Evolución del Software

Hoy en día el software tiene un doble papel. Es un producto y, al mismo tiempo, el vehículo para entregarlo. Como producto, hace entrega de la potencia informática que incorpora el hardware informático o, más ampliamente, una red de computadoras que es accesible por hardware local. Si reside dentro de un teléfono celular u opera dentro de una computadora central, el software es un transformador de información, produciendo, gestionando, adquiriendo, modificando, mostrando o transmitiendo información que puede ser tan simple como un solo bit, o tan complejo como una presentación en multimedia. Como vehículo utilizado para hacer entrega del producto, el software actúa como la base de control de la computadora (sistemas operativos), la comunicación de información (redes) y la creación y control de otros programas (herramientas de software y entornos).

El papel del software informático ha sufrido un cambio significativo durante un periodo de tiempo superior a 50 años. Enormes mejoras en rendimiento del hardware, profundos cambios de arquitecturas informáticas, grandes aumentos de memoria y capacidad de almacenamiento y una gran variedad de opciones de entrada y salida han conducido a sistemas más sofisticados y más complejos basados en computadora. La sofisticación y la complejidad pueden producir resultados deslumbrantes cuando un sistema tiene éxito, pero también pueden suponer grandes problemas para aquellos que deben construir sistemas complejos.

Libros populares publicados durante los años 70 y 80 proporcionan una visión histórica útil dentro de la percepción cambiante de las computadoras y del software, y de su impacto en nuestra cultura. Osborne hablaba de una «nueva revolución industrial». Toffler llamó a la llegada de componentes microelectrónicos la «tercera ola del cambio» en la historia de la humanidad, y Naisbitt  predijo la transformación de la sociedad industrial a una «sociedad de información ». Feigenbaum y McCorduck sugirieron que la información y el conocimiento (controlados por computadora) serían el foco de poder del siglo veintiuno, y Stoll argumentó que la «comunidad electrónica » creada mediante redes y software es la clave para el intercambio de conocimiento alrededor del mundo.

Al comienzo de los años 90, Toffler describió un «cambio de poder» en el que las viejas estructuras de poder (gubernamentales, educativas, industriales, económicas y militares) se desintegrarían a medida que las computadoras y el software nos llevaran a la democratización del conocimiento». A Yourdon le preocupaba que las compañías en Estados Unidos pudieran perder su competitividad en empresas relativas al software y predijo «el declive y la caída del programador americano». Hammer  y Champy argumentaron que las tecnologías de información iban a desempeñar el papel principal en la ingeniería de la compañía». A mediados de los años 90, la persistencia de las computadoras y del software generó una erupción de libros por «neo-Luddites» (por ejemplo: Resisting the Virtual Life, editado por James Brook y Ian Boal, y The Future Does not Compute de Stephen Talbot). Estos autores critican enormemente la computadora, haciendo énfasis en preocupaciones legítimas pero ignorando los profundos beneficios que se han llevado a cabo. Al final de los años 90, Yourdon volvió a evaluar las perspectivas del software profesional y sugirió la «resurrección y elevación» del programador americano.
A medida que internet creció en importancia, su cambio de pensamiento demostró ser correcto. Al final del siglo veinte, el enfoque cambió una vez más. Aquí tuvo lugar el impacto de la «bomba de relojería». Aunque muchos vieron las predicciones de los críticos del Y2K como reacciones, sus populares lecturas devolvieron la difusión del software a sus vidas.

Hoy en día, «la computación omnipresente» ha producido una generación de aplicaciones de información que tienen conexión en banda ancha a la Web para proporcionar «una capa de conexión sobre nuestras casas, oficinas, y autopistas». El papel del software continúa su expansión.
El programador solitario de antaño ha sido reemplazado por un equipo de especialistas del software, cada uno centrado en una parte de la tecnología requerida para entregar una aplicación concreta.



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